Revelan el ejercicio más eficaz para combatir el hígado graso
Los beneficios del ejercicio físico para la salud se recomiendan cada vez más como una medida preventiva contra la aparición de diversas afecciones y para fomentar un envejecimiento saludable. Un nuevo estudio ha confirmado que un sencillo ejercicio aeróbico como caminar a paso ligero durante 150 minutos por semana consigue una reducción relativa del 30% en la grasa del hígado y ayudaría, por lo tanto, a tratar la enfermedad de hígado graso no alcohólico.
Los autores del trabajo son científicos del Colegio de Medicina de Penn State (EE. UU.) que han determinado que para que estos pacientes obtengan una mejoría clínica significativa tienen que realizar 150 minutos semanales de actividad física entre moderada e intensa. “Nuestros hallazgos pueden dar a los médicos la confianza para recetar ejercicio como tratamiento para la enfermedad del hígado graso no alcohólico”, ha afirmado el Dr. Jonathan Stine, profesor asociado de medicina y ciencias de la salud pública y hepatólogo en Penn State Health Milton S. Hershey Medical Center.
Alrededor del 30% de la población mundial padece enfermedad de hígado graso no alcohólico, que puede desencadenar complicaciones a largo plazo como la cirrosis o el cáncer de hígado. Actualmente no existe una cura, pero los estudios científicos han demostrado que la práctica de ejercicio puede reducir la acumulación de grasa en el hígado y mejorar la composición corporal, la salud y la calidad de vida de estos pacientes.
Demuestran que tomar mucha sal puede dañar el sistema inmunitario
Abusar de la sal es perjudicial para la salud y diferentes estudios científicos han mostrado sus efectos negativos sobre el organismo, incluido el cerebro. El problema es que muchos alimentos contienen sal oculta y es frecuente que en nuestra dieta habitual superemos la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que es un máximo de 5g al día. El exceso de sodio puede elevar los niveles de presión arterial y aumentar el riesgo cardiovascular pero, además, un nuevo estudio ha demostrado que puede deteriorar el sistema inmunitario.
Un equipo internacional de investigadores, coordinado por científicos del Centro VIB para la Investigación de la Inflamación y la Universidad Hasselt de Bélgica y del Centro Max Delbrück de Medicina Molecular de Alemania, ha descubierto que la sal puede influir en el metabolismo energético de las células T reguladoras y alterar estos reguladores inmunitarios tan importantes. Los resultados de este trabajo se han publicado en Cell Metabolism y pueden servir de base para estudiar cómo se originan y se desarrollan las enfermedades cardiovasculares y autoinmunes.
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