Ross Monasterio. ¿Realmente es bueno el ácido hialurónico?

En los últimos años, ha aumentado la preocupación por nuestro físico y nuestro aspecto, ha aumentado la inquietud por saber cómo reaccionan nuestros seguidores en redes sociales cada vez que compartimos fotos, y por tal motivo, también ha aumentado el número de operaciones estéticas realizadas y, lo realmente grave, el número de casos de depresión debidos a la no-autoaceptación.

Pero, ante este escenario que se nos plantea, el ácido hialurónico se presenta como un remedio asombroso para la belleza y para evitar el envejecimiento, donde en los últimos meses su popularidad ha aumentado. Sin embargo, surgen muchas dudas, ¿por qué es tan deseado?, ¿Funciona realmente?, ¿Es seguro?, ¿Cómo debo aplicarlo? ¿Cuáles son sus beneficios?

El ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra de manera natural en nuestro organismo. En efecto, es parte del colágeno que se encuentra en nuestra piel. Su función es ayudar a la hidratación de la piel y así mejorar su textura y mantearla protegida y renovada continuamente. No obstante, esta sustancia disminuye considerablemente su presencia en nuestro organismo con el pasar del tiempo, lo que nos obliga a encontrar una solución a esta deficiencia.

De esta manera, el ácido hialurónico pasó de ser un producto que solo podía ser aplicado en una clínica especializada y de forma inyectada a algo que se aprovechó para crear cremas, sueros, tónicos y todo tipo de productos dedicados al cuidado de la piel, por lo que se ha vuelto más accesible. Actualmente es uno de los ingredientes de más éxito en cosmética y en medicina estética, ya que es uno de los mejores ingredientes para cuidar y rejuvenecer la piel.

Si damos a nuestra piel porciones del ácido, ayudará a que nuestro cuerpo origine la producción natural de este y la síntesis de colágeno. Además, ayuda a rellenar la piel y le da volumen, por lo que también ayuda a reducir y prevenir las arrugas. La manera más efectiva de aplicarlo es mediante inyecciones, sin embargo, eso se recomienda hacerlo cuando tengas una edad más avanzada. Si se trata de una cuestión preventiva, es recomendable colocarlo en cremas, sueros o tónicos. Pero, para escoger el producto que utilizarás en tu rutina, se recomienda visitar a un dermatólogo para que pueda recomendarte lo indicado según tu tipo de piel.